Todos las personas funcionamos en un ritmo, conocido científicamente como ciclos circadianos o biorritmos corporales. No podemos caer en el error de pensar que el ciclo empieza cuando suena la alarma del despertador.
Hay dos tipos de ciclos: alondra y búhos. El grueso de la población se divide en dos grandes categorías.
Por una parte están los búhos, esos trasnochadores que se quedan trabajando hasta las tantas y son incompatibles con los madrugones.
Por otro lado están los que son las alondras, esos individuos que no tienen ningún problema para despertarse pronto y aprovechar más intensamente las primeras horas del día.
Mucha gente piensa que son noctanfilos pero en verdad los búhos escasean en la naturaleza y casi todos somos alondras o una tendencia intermedia llamada colibríes.